Un estudio reciente de una consultora americana, Future Workplace, presenta que los niños que ahora están en los primeros años de escolarización, en el futuro, trabajarán en más de quince trabajos diferentes durante su vida. Estos datos evidencian que estamos ante una transformación social que pide un cambio de mentalidad y revisar el sentido de la formación humana e intelectual, para que tanto los estudios del presente como los de futuro contemplen la diversidad de profesiones 다운로드. Además, se tendrá que preparar a los alumnos para que tengan capacidad de adaptación y flexibilidad para asumir diferentes tipos de responsabilidades profesionales.
Uno de los pilares esenciales que hay que considerar en esta transformación constante y acelerada es la educación, de la que todos somos responsables: la sociedad, la familia, los grupos sociales y la escuela 다운로드. Todos somos «educadores» y, a su vez, estamos siendo educados, ya que la educación está presente en cualquier acción y en las propias actitudes desde el ser y el hacer. Esto sucede tanto de manera consciente como inconsciente, pues la persona es observadora de los otros que, de alguna manera, también pueden convertirse en referentes o modelos que ayuden al crecimiento humano 다운로드.
¿Cómo debería de ser la educación? ¿Cómo tiene que contribuir en la formación humana de los niños para ayudarlos a hacerse preguntas, a discernir y a tomar decisiones? El gran reto por parte de los educadores es preparar personas para la vida. Por lo tanto, esto pide tener consciencia del significado profundo y serio de la educación global del ser 다운로드. Es decir, la aplicación de una pedagogía que ayude a situar la propia existencia para aceptar la propia singularidad. Una pedagogía que ayude a dar respuesta a las preguntas existenciales y contemple las actitudes personales y sociales.
A lo largo de la historia, han dejado huella muchos pensadores que han permitido mejorar la realidad de su momento 다운로드. También ha habido diferentes pedagogos, considerados grandes innovadores de la educación, que han dejado huella por su propuesta de reformar la escuela para que la educación fuera una oportunidad para mejorar la calidad de vida. Una escuela nueva que quería priorizar el valor y la dignidad de la infancia centrándose en la espontaneidad del niño y potenciar su libertad y autonomía 다운로드. Entre otros, destaco a Decroly (1871-1932), que proponía una escuela nueva con unos principios pedagógicos que resaltasen «la escuela para la vida mediante la misma vida», o Montessori (1870-1952), que consideraba que los niños «se construían a sí mismos, ya que ellos eran los maestros». Hoy, también las escuelas se renuevan con nuevos retos ante los cambios, pero lo más significativo sigue siendo el niño, que según su etimología latina quiere decir «el que no habla» pero que ya se expresa y comienza un itinerario de aprendizaje desde una educación integral que contempla todo el ser; es decir, el desarrollo intelectual, emocional y corporal 다운로드. Además, este proceso ahora ya se desarrolla en un entorno llamado digital, en el que las nuevas tecnologías tienen un papel clave y deben ser los medios los que tienen que facilitar el aprendizaje.
La escuela asume grandes responsabilidades, pero es necesario el apoyo de la sociedad y del gobierno y la colaboración directa de las familias para que el desarrollo del niño, del adolescente y del joven sea coherente para llegar a ser personas adultas y maduras con criterio propio y compromiso ético 다운로드. Desde el aprendizaje realizado de forma coherente se desarrollan las competencias necesarias y las habilidades correspondientes para asumir las transformaciones sociales y poder dar respuesta a la realidad que toque vivir. Victor Frankl (1905-1997) en su libro El hombre en busca del sentido invita a hacer una exploración del ser y explicita que «vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a los problemas y cumplir las tareas que la vida asigna continuamente a cada individuo» 자바 7 64비트 다운로드. Esta es una buena propuesta que requiere realismo, humildad, vocación, coraje, compromiso, entusiasmo… Una larga lista de actitudes que dan forma al ser humano para resistir las incertidumbres y las contrariedades de cada momento.
Todos hemos ido a la escuela y recordamos al maestro o a la maestra, aquella palabra, el tono, el gesto… Repensemos cómo educamos, cómo se forma a un maestro 다운로드. El pedagogo Tonucci dice que «los únicos que pueden hacer una buena escuela son los maestros» y resalta que, precisamente, la escuela debería ser un lugar de escucha antes que hacer cualquier propuesta. Esto requiere un rol de maestro facilitador con una actitud de escucha y flexible ante los cambios. Pide aplicar métodos renovadores para despertar la curiosidad de los niños, saber motivar, potenciar la creatividad para desarrollar las capacidades y darse cuenta de que el niño es un ser que tiene sus derechos. Por lo tanto, nuestros alumnos, que serán maestros del mañana de tantos niños, tienen el deber de estar atentos a las necesidades del momento para poder prepararse para la vida.
Nuestra Facultad tiene el privilegio de educar a futuros maestros, jóvenes de hoy que con responsabilidad ejercerán su profesión de manera cualificada en una sociedad cambiante. El gran reto es que el estudiante universitario de hoy y maestro del mañana sea una persona con una buena formación, con cualidades humanas, valores, capacidades, competente… para conseguir el propósito más importante, que no es otro que cada niño se sienta protagonista, acompañado y escuchado. Esto hará que las nuevas generaciones asuman un estilo concreto que los favorecerá a ellos mismos y a las relaciones con otros. Formar personas es un compromiso serio, ético y responsable que pide dedicación y una actitud atenta hacia los estudiantes. Si los alumnos perciben un trato humano, posibilitará que ellos también sean más humanos en su hacer.
Assumpta Sendra Mestre
Profesora del Área de Humanidades
FPCEE Blanquerna-URL