¿Comer o no comer? ¿Con o sin carne de cerdo? ¿Con o sin carne? ¿O dígame qué come y le diré quién es? Así se podrían resumir las preguntas que están creando una gran controversia en Francia. Quién diría que un pedazo de carne puede poner en peligro los cimientos de la República Francesa y que los partidos políticos están obligados a posicionarse y decidir si comer o no comer carne de cerdo hace que se sea más o menos francés.
Aquí reflexionaremos sobre las implicaciones ideológicas del debate francés; también veremos si otros países, como Bélgica y Canadá, están manejando este asunto de la misma manera o simplemente comparten con Francia el idioma, pero no la ideología. Este ejercicio comparatista puede ser interesante para decidir qué línea seguimos en Cataluña en este ámbito de la alimentación escolar, tan connotado política y religiosamente 삼성 훈민정음 다운로드.
- El caso francés
En primer lugar, recordemos el contexto francés de la controversia. Hace treinta y un años, en las escuelas públicas, el día que se servía un menú con carne de cerdo se servía también otro sin carne de cerdo, para los musulmanes y judíos, y no pasaba nada.[1] Sin embargo, algunas escuelas, por ejemplo en Lyon, en enero de 2012, prefirieron optar por un menú con carne y otro sin carne (con huevos, queso o pescado), una fórmula que se consensuó después de que los padres de los estudiantes, los sindicatos de restaurantes escolares, las asociaciones de derechos humanos, los representantes de varias religiones y el ayuntamiento llegaran a un acuerdo. Parecía una solución satisfactoria, que integraba la diversidad sin hacer discriminación religiosa, porque los niños vegetarianos, los ateos o los de cualquier confesión podían elegir un menú sin carne.[2]
Hoy en día, Francia parece muy lejos de este sentido común y ¡de esta voluntad de convivencia 사조영웅전 2003 다운로드! En marzo de 2013, el alcalde de Arveyres, un pueblo en la Gironda, decidió que desaparecería el plato alternativo el día del menú con carne de cerdo: ni carne, ni huevos, ni queso, ni pescado. Los motivos alegados por el alcalde eran económicos (despilfarro de alimentos), pero los padres de los estudiantes vieron una motivación política detrás de esta medida inflexible y mala. Efectivamente, el día que la nueva medida entró en vigor, Nicolas Sarkozy, el presidente del partido conservador UMP, la defendió en nombre del laicismo y de la República.[3] Los abogados de la Liga de la Defensa Judicial de los Musulmanes consideraron que esta medida era un “ataque a la libertad de culto y de conciencia” y que tenía como real intención la de reorientar a los “desviantes” (jainistas, vegetarianos, judíos, musulmanes, etc.) 다운로드.[4]
Analicemos ahora la ideología latente de este debate. Los conceptos de “libertad de elección” o “respeto a la diferencia” no forman parte del vocabulario de quienes defienden incondicionalmente el menú único en nombre de la República laica; por el contrario, presentan el derecho a la diversidad como discriminatorio. Parece que detrás del argumento de la República se oculte, en realidad, el miedo a la diferencia, la intolerancia y la incapacidad para adaptarse al cambio. Y parece que los partidos de derecha franceses hayan recuperado este tema para presentarse como los salvadores de la República en un momento de crispación y de amenaza interna y externa, hasta el punto de competir entre ellos (el partido de Sarkozy, ahora llamado Les Républicains, y el partido de extrema derecha de Marie Lepen, Front National) para ver quién atacará más el pluralismo religioso en las escuelas e, indirectamente, el islam 다운로드. Por otra parte, el Partido Socialista acepta más la diversidad: por ejemplo, en Estrasburgo, el ayuntamiento dirigido por este partido asegura que durante diecisiete años las escuelas de la ciudad han propuesto cuatro menús (estándar, estándar sin cerdo, halal y vegetariano), y que esto ha sucedido sin problemas.[5]
El argumento en favor de la variedad de los menús es que promueve el aprendizaje de la diversidad y la convivencia. Si la escuela tiene que preparar a los estudiantes para la sociedad multicultural, es necesario aprender a convivir con las diferencias; en cambio, eliminar las diferencias o ignorarlas conduce a los discursos maniqueos y extremistas, y puede radicalizar a las comunidades religiosas que se sientan rechazadas.
- El punto de vista belga
Justo al norte de la frontera francesa, hablan el mismo idioma pero el pensamiento es muy diferente en el ámbito de la diversidad 다운로드. Es cierto que algunos directores de escuelas no ofrecen alimento halal por el principio de laicidad, y que muchas escuelas que no ofrecen un menú islámico (incluso en el barrio de Molenbeek, conocido por su gran población musulmana) lo hacen por comodidad o por razones prácticas; por otra parte, otras escuelas proponen un menú vegetariano para satisfacer a todo el mundo.[6] En Bélgica, las personas son más prácticas y no hacen de la carne una montaña ni un asunto de Estado. Un importante periódico belga nos recuerda que cuando en los comedores escolares se piensa demasiado, se ocultan otros asuntos.[7] 닷넷프레임워크 3.0.
Un profesor belga, acostumbrado a la diversidad cultural en su escuela de secundaria, dice que prefiere hablar de “pluralismo” que de “laicidad” como principio de la escuela pública, y defiende la apertura a todos sin discriminación, ni social, ni étnica, ni ideológica. Este profesor señala que la mayoría de sus estudiantes son creyentes y viven la religión como un aspecto muy importante de su personalidad. Por lo tanto, si la escuela pública quiere ocuparse de todos los jóvenes, también debe estar abierta a la diversidad religiosa y acogedora respecto a los creyentes practicantes.[8] Según él, no se puede ser exigir a los alumnos que “dejen sus particularismos en el vestuario”[9] , como hemos visto en el caso de la Francia republicana; por el contrario, los profesores han de tener en cuenta la identidad de sus estudiantes.
- El punto de vista canadiense
Canadá practica la misma visión de respeto a las minorías desde principios de la década de los ochenta, cuando se creó la expresión “ajustes razonables” 다운로드. Este concepto permite tener en cuenta las exigencias particulares de las personas que pertenecen a minorías (étnicas, religiosas o que presentan necesidades física), en la medida en que la satisfacción de estas necesidades sea económicamente asumible y no cree perjuicio a otro grupo o a la escuela. Las demandas alimentarias forman parte de estas “excepciones aceptables” y contribuyen mucho a la convivencia, para que los jóvenes que provienen de minorías se sientan bienvenidos en su escuela. La clave, aquí, es el diálogo.[10] En Quebec, uno de los temas principales del proyecto educativo de la escuela es formar en libertad y, por lo tanto, la diversidad de opciones religiosas se considera una consecuencia normal del uso de la libertad en materia de creencias y religiones.[11]
En conclusión, vemos que Canadá, y en menor medida Bélgica, han optado por respetar el pluralismo religioso; en cambio, en Francia, la neutralidad del Estado no ha sido interpretada como respeto por las opciones religiosas, sino como el rechazo de las diferencias religiosas[12] en nombre de un modelo laico que algunos partidos políticos consideran garantía de igualdad 다운로드. Del lema “Liberté, égalité, fraternité”, parece que los franceses hayan dado prioridad al segundo principio y hayan olvidado los otros dos.
¿Y si la clave fuera menos principios y más respeto, más flexibilidad, es decir, más humanidad, como en Quebec, un modelo de convivencia para Cataluña?
Dr. Alain Blomart – Área de Humanidades
[1] “Se acabó el menú sin cerdo”, La Vanguardia, 10/02/2015.
[2] “Laïcité: à la cantine, des menus ‘sans viande’ pour plaire à tous”, Saphir News (primer periódico musulmán en línea), 09/01/2012 다운로드.
[3] “Sarkozy est opposé aux repas de substitution dans les cantines”, BFM TV, 17/03/2015.
[4] “Repas de substitution: la droite se met à table”, Libération, 10/08/2015.
[5] Ibídem.
[6] “Le halal n’est pas le grand défi de l’école”, El Libre.be, 22/02/15 윈도우 xp 한글 언어 팩 다운로드.
[7] Ibídem.
[8] Michel Staszewski, “Pour des écoles pluralistes”, Mrax-info, nº 184, sept.-oct. 2008, p. 4-6. <http://michel-staszewski.blogspot.com.es/2011/07/pour-des-ecoles-publiques-pluralistes.html>.
[9] Nadia Geerts, 26/11/2007, Tribune – CGSP enseignement, p. 12.
[10] Michel Staszewski, “Pour des écoles pluralistes”, op. cit., p. 5.
[11] Bertrand Ouellet, “Le nouveau pluralisme religieux, un défi de taille pour l’école publique québécoise”, Montreal, 1995. <http://www.bertrandouellet.com/index/DossierCINR/Ecolepublique.html>.
[12] Corinne Torrekens, “Le pluralisme religieux en Belgique”, Diversité canadienne, vol.4/3, otoño 2005, p. 56-58. <http://www.ulb.ac.be/socio/germe/documentsenligne/pluralismereligieux.pdf>.